martes, 8 de noviembre de 2011

Rainy Days


Día lluvioso en Chicago, que ha conseguido que cambie ligeramente los planes. Tenía pensado coger un tren para Memphis mañana miércoles, aunque lo he retrasado un día más. El jueves por la tarde parto hacia otro de los epicentros musicales del siglo XX. Algunos residentes ilustres han sido Johnny Cash, B.B. King o, por supuesto, Elvis "La Pelvis" Presley. Por el momento, he decidido tomarme el día con calma y aprovechar la tormenta para quedarme en el hostal leyendo, escuchando música y recapacitando un poco sobre lo recorrido hasta ahora. También, la verdad sea dicha, he dejado de recapacitar un rato para hacer la colada, que ya iba tocando.


Por lo que he visto hasta ahora, la sociedad estadounidense me tiene un poco descolocado. Por un lado, socialmente, son muy corteses y educados en el trato con los demás, lo cual, como todos sabemos, no es igual en todas partes y es, sin duda, algo digno de remarcar. Se relacionan más abiertamente de lo que esperaba, aunque lo que yo pudiese esperar no tiene la menor relevancia.

Sin embargo, por otro lado, cómo tienen montado el negocio de la alimentación me supera. Las cantidades son realmente excesivas, al igual que los locales de comida rápida (refrita, grasienta, salada y bañada en la salsa que prefieras). He encontrado sitios en los que se come muy bien, pero también entiendo que la mayor parte de la gente no puede permitirse comer todos los días en esos locales. Porque lo de cocinar uno mismo no parece estar muy de moda por estos lares. Lo cierto es que la fruta y la verdura tienen una apariencia perfecta, pero les falla la sustancia.

Tampoco pretendo desmontar en cuatro líneas la cultura gastronómica del país entero. Simplemente es una apreciación personal, que para eso me he montado el blog. Vamos, digo yo. Por otro lado, teniendo en cuenta que llevo poco más de una semana en Estados Unidos, mi opinión no vale ni un triste centavo. Además, esta gente nos ha dado el blues. A mí ya me tienen ganado con eso. Por cierto, ¡qué grandes músicos hay en Chicago! Una noche inolvidable la del domingo en el Buddy Guy Legend's. Siete horas seguidas de blues de calidad y por una buena causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario